jueves, 7 de marzo de 2013

Me di cuenta, con el paso del tiempo, de que solíamos ocupar los márgenes en el patio del cole. De que, a partir de los 8 o 9 años empezaba a estar mal visto enfangarme en la arena tras haber jugado un partido de fútbol o a fuga.
Ya en la ESO me di cuenta de que mi cuerpo y mi placer podía ser un espacio público. Empecé, desde entonces y como quien no quiere darse cuenta, a apretar el paso cuando volvía sola a casa de noche. Y a ponerme deportivas y a escuchar a mi madre decirme "no vuelvas sola" o "ten cuidado" antes de cerrar la puerta.
Cuando entré en la universidad, me di cuenta de que tenía que elevar el tono de voz un poco más de lo normal si quería, además de ser oída, ser escuchada. Incluso oí algún comentario que preguntaba qué tipo de relación tenía con tal profesor, porque me tenía en estima.
A lo largo de mi corta vida vi qué tipo de trabajos desempeñan unas y otros, y por qué en los mismos puestos a los unos les sonaban más los bolsillos que a las otras. También presencié, lejos o cerca, escenas de celos que acababan en portazos, en golpes en la pared y en muerte.
Según me iba dando cuenta, empecé a mirar a un lado y a otro, y empecé a ver a otras mujeres.
Fue entonces cuando entendí que no es azar, ni destino, sino consecuencia planeada.
Fue entonces cuando comencé a verlo todo más morado.

lunes, 4 de marzo de 2013

de hace tiempo

Ayer me preguntaron, con una mezcla de rabia y burla, que dónde estaba la gente que lucha, que qué hace, que no se la ve. 
No contesté, me quedé muda de impotencia... y empecé a pensar en todas mis compañeras de lucha, en las de lejos y en las de cerca. 
Pensé en Chiapas, en Siria, en Palestina, en el Sáhara... en su dignidad rebelde.
Pensé en las trabajadoras de Telemadrid, en los de Eulen, en todas las mareas que día a día cortan las calles de esta ciudad, llueva o haga un sol de muerte, los fines de semana y entre diario. 
Pensé en lxs trabajadorxs de Renfe y Metro, en las auxiliares, médicas, enfermeras que llevan 4 semanas de huelga indefinida, luchando también por la persona que me preguntó. Pensé en los basureros y en las estudiantes.
Me he levantado pensando en la gente que quiero y que se ha tenido que ir del país, también en la gente de Fuenla, de los barrios y ciudades que intentan sacar curro adelante y construir desde abajo. En mis compas de la uni que tratan de reconstruir, a fuerza de palos, el movimiento estudiantil.
Pienso en Alfon y en su familia, en lxs presos políticos, en la gente a la que disparan pelotas de goma.
También en las que paran deshaucios, poniendo su cuerpo delante como forma de resistencia.
En tantas y tantos que no conozco y a lxs que admiro por seguir adelante, por "cambiar de base la base del mundo" poniendo día tras día su esfuerzo para construir.
La pregunta no es dónde estamos, la pregunta es cuándo te unes.